Ad-portas de la implementación de los Dispute Boards en Costa Rica, Alex Wagemann es invitado a exponer por el Colegio de Abogados del país centroamericano durante el “Seminario Internacional sobre Derecho de la Construcción 2021”
El jueves 14 de octubre, el Colegio de Abogados y Abogadas de Costa Rica llevó a cabo el Seminario Internacional sobre Derecho de la Construcción 2021 titulado “Regulación, desafíos y nueva tendencias”, evento en que se dieron cita expertos de varios países de la región.
Uno de los propósitos del encuentro radicó en dialogar acerca de las características principales de las juntas de resolución de disputas o Dispute Boards (DB) –figura que será próximamente implementada en la legislación de dicho país–, en términos de qué son, cómo funcionan, qué impacto tienen en las obras, su rol respecto de la prevención temprana de conflictos, la disminución de casos en sede arbitral o judicial y la confirmación exitosa de decisiones de DB en arbitrajes.
Al respecto, el abogado y socio director de WAGEMANN Abogados & Ingenieros, Alex Wagemann, participó de la conversación desde su expertise en la gestión de contratos y controversias en proyectos de construcción, señalando que existen cuatro factores fundamentales que inciden, especialmente en el caso de América Latina, en la decisión de utilizar un determinado DB.
El valor de un DB: los 4 grandes factores a considerar
- El primer factor a considerar tiene que ver con tomar en cuenta la “gran diferencia” que existe entre lo que sucede en la práctica y lo que a uno le gustaría que sucediera, en el sentido de que en América Latina, por ejemplo, en el caso de los contratos de obra pública existe una tendencia a tratar de reconducir los DB a dispute review boards, es decir, DB que sólo emiten recomendaciones.
- Un segundo elemento a tener en cuenta yace en la distinción entre un DB ad-hoc, vale decir, que está solo instituido para resolver una controversia entre las partes, y un DB standing o de acompañamiento. En la práctica, el primero busca prevenir la instancia judicial, mientras que el segundo destaca por tratar de evitar el conflicto entre las partes en todo el transcurso del proyecto.
- El tercer factor radica en el tipo de contrato, en el sentido de si éste es tradicional o colaborativo, entendiendo que, en este último, existe una gobernanza interna donde hay distintos stakeholders que trabajan en conjunto en la gestión del proyecto. “La función del DB, cuando va acompañando, se diluye un poco cuando está esa instancia de comunicación permanente entre las partes”, dijo.
- Un último elemento se relaciona con las características culturales de los países; mientras algunos destacan por tener una cultura comunicacional abierta, donde los problemas se enfrentan de manera directa en las reuniones, otros detentan culturas más “cerradas”, donde se produce una dicotomía entre lo que se da en la reunión o en la obra misma y lo que se escribe finalmente.
A modo de cierre, Alex Wagemann concluyó que “un DB aportaría mayor valor en contratos de tipo tradicional, así como en países donde existe una cultura comunicacional cerrada, y asimismo considerando ciertos elementos asociados a la magnitud, complejidad, y plazos del contrato”.
Moderado por Alberto Fernández, en el bloque también expusieron Cecilia Misu, Gustavo Paredes y Aldo Milano.