“Informe Pericial: la importancia de los Update Programme y de la confianza mutua entre Mandantes y Contratistas”: The Legal Industry Reviews publica la quinta columna de Fernando Landeros, con foco en el uso de tecnología especializada en materia de análisis forense de retrasos

Santiago, Chile.- El viernes 18 de agosto, la revista «The Legal Industry Reviews» publicó su edición n°17, que incluyó la quinta de una serie de seis columnas desarrolladas por el socio director de WAGEMANN | Consulting, Fernando Landeros, acerca del materias relacionadas con el peritaje de parte en disputas de proyectos de ingeniería y construcción.

Informe Pericial: la importancia de los Update Programme y la confianza mutua entre Mandantes y Contratistas

Por: Fernando Landeros, socio director de WAGEMANN | Consulting.

Hoy en día, existen poderosos softwares de planificación y programación dotados de complejos algoritmos que son capaces de organizar miles de tareas distintas, con el fin de calcular y pronosticar la fecha de término más temprana de los proyectos. Este conocimiento se encuentra disponible y se utiliza desde hace décadas, perfeccionándose desde finales de los años cincuenta con la invención del “Método de la Ruta Crítica” o CPM (Critical Path Method).

Si tales conocimientos y métodos existen desde hace más de 60 años, entonces, ¿por qué aún se siguen retrasando los proyectos?

Explicaciones habrá muchas, pero lo cierto es que cuando hablamos de proyectos de ingeniería debemos tener presente que siempre nos estaremos refiriendo a diseños o estudios, con mayor o menos grado de profundidad, que describen los esfuerzos necesarios que se deben llevar a cabo para alcanzar los objetivos y alcances de la obra. Sin embargo, en todo proyecto existirán riesgos y situaciones inciertas que pueden ocurrir y que, de hacerlo, podrían afectar positiva o negativamente a los proyectos.

Por esta condición de incertidumbre es que los proyectos deben lidiar con situaciones sobrevinientes de distinta magnitud, cuyos efectos muchas veces no eran conocidos al momento de firmar los contratos, entre ellos, hallazgos arqueológicos no previstos; condiciones del subsuelo distintas a las previstas; pandemias; terremotos; modificaciones y cambios de diseño; inflación o crisis económicas; accidentes laborales; condiciones climáticas adversas; huelgas y/o afectación a la cadena de suministro, etc.

El asunto se resuelve, al menos en el papel, mediante la transferencia de riesgos entre las partes. Es decir, las incertidumbres son asumidas, en el mejor de los casos, por quien está mejor preparado para manejarlas.

No obstante, a pesar de los esfuerzos que realizan los equipos profesionales, tanto del Mandante como del Contratista, muchos proyectos se retrasan generando importantes daños para las partes. Naturalmente, dichos daños no formarán parte de la ecuación económica inicial del contrato, razón por la cual las partes buscarán, tanto en forma amistosa como litigiosa, recuperar esos equilibrios.

En este escenario, surge entonces la necesidad de demostrar quién fue responsable – o cual fue la causa- de los retrasos que experimentó el proyecto. Los informes periciales jugarán un rol clave en esta materia. Dotados de métodos, alcances, antecedentes y elocuencia, los peritos o testigos expertos ilustrarán al tribunal sobre las causas que provocaron los retrasos.

El asunto es complejo. En efecto, no es poco frecuente observar un arbitraje donde, por ejemplo, el perito de una parte concluye -bajo la metodología “Impacted As-Planned”– que el responsable del retraso es la parte contraria. Al mismo tiempo y en paralelo, la parte contraria presenta otro informe pericial que concluye justamente lo opuesto, sobre la base del método “Collapsed As-Built”. Finalmente, el perito designado por el tribunal (otro perito más) concluye una tercera vía bajo la metodología “As-Planned vs As-Built”.

En suma, tres peritos utilizando métodos internacionalmente reconocidos y validados para el análisis forense de retrasos y con conclusiones diferentes.

¿Cómo es esto posible? ¿No debería el algoritmo de  software llegar siempre a las mismas conclusiones independientemente de quien lo opere?

Pues bien, no se trata de un asunto de algoritmos ni de softwares. Lo cierto es que a nivel internacional, se han identificado y descrito metodologías para el análisis forense de retrasos, las cuales corresponden a consensos -entre los expertos en la materia- respecto de los enfoques más apropiados para determinar las causas de los retrasos de los proyectos.

El abanico de opciones es amplio: prospectivos versus retrospectivos; modelación versus observación; estático versus dinámico. Cada metodología presenta sus particularidades, fortalezas y debilidades.

Como quiera que sea, existe un asunto particularmente importante; la calidad y cantidad de información disponible. Ante la falta de antecedentes, menores serán las opciones metodológicas disponibles y, en consecuencia, se observará mayor esfuerzo de los peritos por reconstituir lo que ocurrió durante la ejecución del proyecto para luego interpretar la realidad.

En el ejercicio latinoamericano, observamos -en muchas industrias- que la ausencia de los denominados “Update Programme” (también conocidos como “Programas de avance o seguimiento”), afecta significativamente la posición de las partes, así como el trabajo pericial, a la hora de analizar las causas de los retrasos.

Estos programas son evaluaciones periódicas -realizadas en un determinado momento (data date)- que muestran el avance real alcanzado a esa fecha y pronostican el término del proyecto considerando las labores pendientes y las condiciones reales bajo las cuales se ejecuta la obra a esa fecha. El último Update programme corresponderá al programa As-Built que reflejará cómo fue ejecutada la obra en definitiva.

Sin embargo, pareciera que en muchas industrias de mercados latinoamericanos, tanto Mandantes como Contratistas fueran reticentes a la hora de utilizar estas evaluaciones contemporáneas. Por una parte, Mandantes que no quieren recibir cronogramas que reflejen que la obra no cumplirá los plazos contractuales (aunque sea la realidad) y, por otra, Contratistas que no quieren transparentar a sus clientes, ni a sus controles internos, que los plazos contractuales pudieran no cumplirse. Esto se traduce muchas veces en ausencia de programas de seguimiento (Update Programme) o, peor aún, en tergiversaciones antojadizas de estos para reflejar escenarios deseados, pero no reales.

La falta de esta información verídica y precisa no sólo empobrecerá la discusión técnica, sino que además afectará la toma de decisiones de los administradores de contrato, limitará considerablemente las opciones metodológicas periciales y obligará a los peritos a comenzar su trabajo reconstruyendo la historia de cómo se ejecutó la obra (con todas las limitaciones que esto tiene) para luego interpretarla.

La falta de confianza entre las partes respecto de la herramienta técnica (Update Programme) pone en riesgo los mismos intereses de las partes, quienes en ocasiones creen que la falta de información verídica es una forma de protección, en circunstancias que, muchas veces, aquello opera justamente en la dirección contraria.

Para descargar la versión PDF, haga click en el siguiente enlace: The Legal Industry Reviews, Chile Vol.17, August 2023